En 1994, cuando el terciopelo estaba de moda, Converse creó una versión en terciopelo rojo de su icónica zapatilla Chuck Taylor. Este año, justo a tiempo para las fiestas, la marca de zapatillas lanza otra zapatilla de terciopelo aplastado. Y nunca lo sabrías viéndolas, pero están hechas con ropa vieja desechada.
Converse colaboró con el minorista vintage británico Beyond Retro para recoger más de 800 libras de terciopelo y transformarlas en miles de pares de zapatillas.
El poder de lo retro


Fue una hazaña logística, que exigió a las dos empresas crear una cadena de suministro para reciclar prendas vintage a gran escala. El proyecto ofrece una idea de cómo Converse está tratando de pensar con originalidad en lo que respecta a la sostenibilidad y, potencialmente, fabricar más zapatillas a partir de residuos de la moda.
Hacer que algo no pase de moda
El mundo se está ahogando en ropa. Durante décadas, las marcas de moda han reducido el precio de la ropa, permitiendo a los consumidores llenar sus armarios con nuevos looks de moda. El problema es que cuando estas prendas pasan inevitablemente de moda, acaban en la basura o en tiendas de segunda mano. (La Fundación Ellen MacArthur calcula que cada segundo un camión lleno de ropa acaba en un vertedero o incinerado).

Empresas de todo el sector de la moda están pensando en cómo reducir estos residuos. Algunos diseñadores, como Gabriel Hearst y Hillary Taymour, han creado pequeñas colecciones con tejidos reciclados. Y Levi’s fabrica algunos de sus icónicos vaqueros 501 a partir de viejos vaqueros licuados químicamente y convertidos en nuevos materiales. Pero crear productos reciclados a gran escala puede ser difícil, porque implica recoger estos viejos tejidos e incorporarlos a una nueva cadena de suministro.
El reclamo de un icono
Brandon Avery, responsable de innovación de Converse, afirma que las zapatillas de la marca son un buen ejemplo de tejidos reciclados. Históricamente, la icónica zapatilla Chuck Taylor de Converse se ha fabricado con lona de algodón, pero es posible fabricarla con diferentes tejidos. «Es un diseño muy sencillo, hecho con unas pocas piezas de tela cosidas entre sí», explica. «A lo largo de los años, las hemos fabricado con todo tipo de materiales, incluidos el denim y el terciopelo».
En los últimos cinco años, el equipo de innovación de Converse ha intentado averiguar cómo fabricar zapatillas a partir de ropa desechada que ya existe en el mercado. «El reto es diseñar una zapatilla con estos materiales que sea popular entre nuestros clientes y que podamos producir en serie», dice.

Converse se asoció con Beyond Retro, que tiene experiencia en la recogida y clasificación de prendas viejas. Juntas, las dos marcas analizaron qué prendas abundan en el mercado vintage. El terciopelo surgió como una posibilidad porque es grueso y duradero, como la lona, por lo que encaja bien en la parte superior de una zapatilla.
Los diseñadores de Converse esbozaron entonces una zapatilla que pensaron que calaría entre los clientes, sobre todo durante las fiestas navideñas, con una cara de terciopelo rojo y la otra de terciopelo negro. «Hay muchos materiales interesantes en el mercado, pero como diseñadores de calzado, tenemos que tener en cuenta los materiales a los que se puede dar una segunda oportunidad».
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